Alexander Fleming |
Alexander Fleming fue el descubridor de la penicilina, y lo hizo en 1928, aunque hasta 1943 no se empezó a utilizar oficialmente. Hay que mencionar que varios siglos antes, en torno al año 1000, un médico y filósofo persa llamado Avicena (Ibn Siná) recomendaba utilizar moho en las heridas infectadas, ya que así desaparecía la infección, aunque no podía explicar por qué pasaba esto.
Fleming descubrió la penicilina por pura casualidad cuando, al examinar unas placas Petri que ya había usado hace un tiempo, se dio cuenta de que estas placas estaban contaminadas por moho y que, alrededor del moho, la colonias de estafilococos habían desaparecido. Esto ya lo habían observado otros muchos científicos, pero Fleming fue el primero que se interesó por este tema y decidió investigar este moho. Tras comprobar otras muchas placas, llegó a la conclusión de que este tipo de moho debía producir y expulsar una sustancia que mataba a los microbios. Gracias a un científico experto en el estudio de los hongos, llamado Charles Thom, pudo identificar este moho como Penicilium notatum, así que lo llamó penicilina.
Fleming realizó numerosas pruebas en animales infectados para analizar el resultado que producía este moho, y todas las pruebas fueron positivas. Necesitaban pues, experimentarlo en humanos, y eso hicieron. Todos los enfermos que escogieron iban mejorando tras aplicarles la penicilina, pero el problema residía en que era muy difícil conseguir este antibiótico. Hasta 1941 no encontraron un proceso para producir penicilina en grandes cantidades, y ésta se empezó a usar en 1943, en la Segunda Guerra Mundial. Fleming y su equipo (Formado por Florey y Chain, en el que excluyeron injustamente a Heatley) recibieron el premio Nobel de medicina en 1945.
Molécula de la penicilina |
Los antibióticos son sustancias producidas por microorganismos que matan o impiden el crecimiento de diversas bacterias. Se utilizan en humanos y animales para tratar infecciones provocadas por gérmenes. Hay muchos tipos de antibióticos, pero los principales son éstos:
- Aminoglucósidos: Son efectivos contra la tuberculosis, deben administrarse con precaución por su alta toxicidad.
- Cefalosporinas: Son parecidos a la penicilina, pero mucho más estable que ésta. Actúan contra numerosas bacterias. Hay muchos tipos de cefalosporinas.
- Penicilinas: Efectivas contra los estafilococos, estreptococos, meningcocos, gonococos o espiroquetas. Pueden causar reacciones alérgicas.