domingo, 9 de diciembre de 2012

El puntualismo (Ejercicio 5, Tema 2)

El puntualismo o equilibrio puntuado es una teoría propuesta por los científicos estadounidenses Niles Eldredge y Stephen Jay Gould en 1972. Esta teoría se basa en el tiempo que tardan las especies en evolucionar, y es ahí donde se contrapone a la teoría gradualista.


Según la teoría del equilibrio puntuado, la evolución de las especies no es continua y gradual, como defendía Darwin, sino que la mayor parte del tiempo las especies no muestran cambios hasta que se produce un cambio repentino y aparece una nueva especie. La teoría del puntualismo está formada por dos etapas:

  • Etapa de estasis: En esta etapa, las especies permanecen estables, es decir, no se producen cambios significantes en ellas.
  • Etapa de aparición repentina: En esta etapa, surge de repente una nueva especie diferente a la anterior existente.
En este esquema se puede observar las diferencias entre el gradualismo (izquierda) y el puntualismo o equilibrio puntuado (derecha):

La teoría de Oparin-Haldane y el experimento de Miller (Ejer. 3, Tema 2)

Actualmente, la teoría científica más aceptada sobre como se originó la vida en nuestro planeta es la teoría propuesta por Alexander Oparin y John Haldane. Estos dos científicos trabajaron por separado, pero llegaron a unas conclusiones muy semejantes.


Los fundamentos de esta teoría se encuentran en las condiciones físico-químicas que había en la Tierra primitiva y en las reacciones que se dieron en ellas. Según esta teoría, la atmósfera primitiva estaba compuesta por agua, hidrógeno, metano y amoniaco. Entre estos componentes se generaron una serie de reacciones químicas debido a la energía obtenida de las descargas eléctricas, de las intensas radiaciones solares (en esa atmósfera primitiva no existía capa de ozono) y de las erupciones volcánicas. Tras estas reacciones, se sintetizaron las primeras moléculas orgánicas simples.

La condensación del vapor de agua produjo lluvias torrenciales, y estas moléculas llegaron a los océanos primitivos, donde se fueron acumulando numerosos compuestos orgánicos. La atmósfera primitiva no estaba formada por oxígeno, por lo que estos compuestos no podrían ser destruidos. Las moléculas orgánicas que se habían formado en el medio acuático, se separaron de éste y constituyeron unas estructuras más complejas a las que Oparin llamó coacervados. A partir de este momento, los coacervados habrían ido evolucionando hasta formar la primera célula.


Obviamente, todo esto no eran más que hipótesis sobre el origen de la vida en la Tierra sin ninguna validez científica, porque no podían ser demostradas. Esto cambió cuando en 1953, un estudiante norteamericano llamado Stanley Miller (Junto a su director de tesis, Harold Clayton) consiguió elaborar un diseño que simulaba las condiciones físicoquímicas de la atmósfera primitiva. En este experimento, Miller demostró que era posible formar compuestos orgánicos a partir de materia inorgánica y que, por lo tanto, la teoría propuesta por Oparin y Haldane podría ser cierta.

Este sistema estaba formado por un matraz que contenía la mezcla de gases de la que estaba compuesta la atmósfera primitiva. Estos gases eran sometidos a fuertes descargas eléctricas (simulando los rayos), y, tras pasar por un condensadoz, eran recogidos en otro recipiente. Siete días después de realizar el experimento, descubrieron que en el contenido del recipiente había aminoácidos, entre otros compuestos orgánicos.